lunes, 5 de agosto de 2013

MANDELA: EJEMPLO DE LIDERAZGO TRANSFORMACIONAL

Mandela: ejemplo de liderazgo transformacional


Nelson Mandela, dejará sin duda un gran legado. Fue un verdadero líder, un visionario y un político capaz de contribuir a transformar a toda una sociedad, azotada por la segregación racial. Sudáfrica no podría ser el país incluyente que es hoy y sin su devoción por la paz, la reconciliación estaría muy lejos.
Mandela está enfermo, recluido en una clínica en su país, pero millones de personas de todas las razas, estratos y partidos políticos claman por su salud. Si Mandela se hubiera dedicado a los negocios y a la empresa, clasificaría dentro de los líderes estratégicos.
Según un artículo de Wharton Universia, en Mandela hay, de hecho, mucho coraje, sacrificio, sabiduría y nobleza en su vida, atributos que demandan un profundo respeto y que tienen mucho que enseñarnos. Y sobre todo en el mundo empresarial, donde existen falsos líderes, gerentes codiciosos y administradores que eluden con artilugios la ética y los principios.
El secreto del liderazgo de Mandela, dice Paul J. H. Schoemaker, director de investigaciones del Instituto Mack de Gestión de Innovación, fue animar a la armonía racial, perdonar sin olvidar, compartir el poder y priorizar por encima de todo el futuro, y no el pasado.
Como maestro de las actitudes simbólicas, Mandela dio fuerza a esa estrategia usando la magnanimidad con sus antiguos enemigos. Por ejemplo, en 1995, visitó la viuda del hombre que fuera el mentor del régimen del apartheid y que lo había mandado a prisión (el primer ministro Hendrik Verwoerd).
No escondió su felicidad cuando Springboks, equipo nacional de rugby, conquistó el campeonato mundial, aunque el equipo hubiera sido símbolo del racismo y del poder afrikáner durante décadas. Él usó con mucho orgullo la camisa del equipo durante el campeonato, gesticuló en apoyo del equipo y envió al mundo toda una señal de que apoyaba, de hecho, una nación de todos los colores. Ese tipo de liderazgo es muy valioso y difícil de encontrar.
Aspectos claves
Lo que Mandela ofrece a los aspirantes a un liderazgo estratégico es un ejemplo vivo de cómo las fuerzas complejas de la sociedad, sus valores innegociables y los momentos claves de decisión pueden entrelazarse a lo largo del tiempo y en los dominios político, jurídico y económico en una visión convincente que puede transformar un partido político, una nación e incluso el mundo.
El liderazgo estratégico no tiene que ver sólo con la ejecución de una estrategia inicial que forme seguidores, sino, principalmente, a la adaptación de esa estrategia cuando sea necesario para preservar el apoyo de todos. Pocos líderes políticos hoy dominan eso tan bien como Nelson Mandela, que es también conocido cariñosamente por su nombre tribal: Madiba.
Nada más natural, señala Wharton, que un adolescente negro fascinado por las maquinaciones que rodeaban al trono del jefe de la tribu para ocupar, por último, un trono aún mayor y de visibilidad mundial. Mandela es un hombre que pasó por muchas décadas, culturas y realidades en su búsqueda de libertad y justicia. Él se sacrificó de manera profunda y noble. En ese proceso, se convirtió en icono mundial de los derechos humanos. Al final, incluso sus enemigos lo admiraron y respetaron, y con razón. Él es uno de los hombres más notables de los últimos 100 años.
Un líder transformacional
Su liderazgo es un ejemplo de cómo en el mundo empresarial también se pueden aplicar las virtudes de la nobleza, la justicia, la equidad, el reconocimiento, el perdón y la confianza. Los siguientes son los atributos más destacados de Mandela:
• Compromiso invariable con una visión de largo plazo de justicia y de esperanza.
• Oposición a la escalada de violencia y solamente pago con la misma moneda cuando no haya otras opciones.• Comportamiento digno respecto a los que lo engañaron, inclusive con sus carceleros.• Análisis de las posibles consecuencias futuras de las decisiones tomadas con urgencia, sin embargo siendo firme en sus principios.• Actuar solo siempre que sea necesario, pero sin traicionar a los amigos y el partido.• Articulación de argumentos complejos que, por último, convencieron a sus adversarios.• Sensibilidad respecto a los dilemas de los adversarios, cediendo un poco según sea necesario.• Entender el poder de los símbolos y los gestos públicos de bondad genuina.• Capacidad de perdonar para liberarse de los sentimientos de venganza y de victimización.• Trabajar decisiones importantes a lo largo del tiempo produciendo una trama de igualdad y libertad.• Priorizar la reconciliación con los que se opusieron a su lucha.

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