sábado, 30 de octubre de 2010

El liderazgo abnegado

El Salvador ejerció un liderazgo abnegado. Siempre puso
sus necesidades y a sí mismo en segundo plano dedicando
su tiempo a ayudar a sus semejantes a toda hora, y lo hizo
infatigable, amorosa y eficazmente.
Muchos son en el mundo actual los problemas causados por
el egoísmo y el egocentrismo en el que muchos se amparan,
demandando inflexiblemente de otras personas , a fin de satisfacer
sus propias exigencias. El enseñó que jamás puede
haber progreso personal sin libertad. Uno de los problemas
de la arrogancia en el liderazgo es que muchos de tales líderes
se interesan únicamente en satisfacer sus propias necesidades
en vez de las necesidades ajenas.
El Señor es sumamente perceptivo en cuanto a la gente y a
los problemas que le afectan. Jesús poseía también la capacidad
de calcular a largo plazo el efecto y el resultado de sus
declaraciones proféticas, no sólo en lo referente a aquellos
que las escucharían de sus propios labios, sino también en quienes las leerían dos mil años después. A menudo vemos
a líderes seculares que se apresuran a resolver problemas buscando la forma de cortar el dolor presente sin darse
cuenta de que con ellos no hacen no hacen otra cosa que crear aun mayores dificultades y dolor que experimentarán
más tarde.

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