sábado, 30 de octubre de 2010

El líder perfecto


Si queremos lograr el éxito, he aquí nuestro molde. Todas esas ennoblecedoras,
perfectas y hermosas cualidades de la madurez, de la
fortaleza y del valor se pueden encontrar en esta misma persona.
Tal vez lo más importante que les puedo decir en cuanto a Jesucristo,
más allá de todo lo que les he dicho, es que El vive. En verdad, encierra
todas esas virtudes y atributos de que nos hablan las Escrituras.
Si pudiéramos llegar a una convicción en cuanto a ello, llegaríamos a la
esencia de la realidad del hombre y del universo. Si no aceptamos esa
verdad y esa realidad, entonces no contaremos con los principios inalterables o las verdades trascendentales mediante
las cuales vivir en felicidad y en servicio.
En otras palabras, nos resultará muy difícil llegar a ser líderes productivos a menos que reconozcamos la realidad de
ese líder perfecto, Jesucristo, y le permitamos ser la luz que alumbre nuestro camino.

Nuestro potencial

Una de las grandes enseñanzas del Hombre de Galilea, el Señor Jesucristo, fue que todos nosotros llevamos dentro
inmensas posibilidades. Al instarnos a ser perfectos como nuestro Padre que está en los cielos es perfecto, Jesús no
nos sobrestimó ni tampoco pretendió reírse de nosotros.
Simplemente nos hizo saber una poderosa verdad tocante a nuestras posibilidades y a nuestro potencial. Se trata de
una verdad tal vez demasiado impactante como para tan siquiera considerar. Jesús, quien no podía mentir, buscó la
forma de ampliar nuestro panorama de posibilidades en nuestro camino hacia la perfección.
Nosotros no somos perfectos como lo fue Jesús, pero a menos que aquellos que nos rodean puedan percibir nuestros
esfuerzos y nuestro progreso, jamás estarán en condiciones de encontrar en nosotros el ejemplo y nos verán como
personas carentes de seriedad en todo lo que debemos hacer.
El ser humano tiene más posibilidades de hacer el bien y de ser bueno que las que en realidad utiliza. Estas oportunidades
nos rodean por todas partes. A pesar de lo amplio que sea en estos momentos nuestro círculo de influencia, si
mejoráramos nuestra actuación apenas un poco, ese círculo se ampliaría e incluiría en él a quienes en estos momentos
todavía están afuera. Muchas son las personas que aguardan que les extendamos una mano y les amemos, lo cual
podremos lograr si tenemos en ellas el interés que nos haga mejorar nuestra actuación.
Debemos recordar que esos seres mortales con quienes nos encontramos en la calle, en las oficinas, en los ascensores
y en otros lugares son también parte de la humanidad que Dios nos ha dado para que amáramos y sirviéramos.
Poco nos beneficiaría hablar de esa hermandad de la humanidad, si no podemos aceptar a todos los que nos rodean
como nuestros hermanos y hermanas. Si nuestra muestra de humanismo nos resulta poco llamativa o muy pequeña,
debemos recordar la parábola que nos dio el Señor en la nos recuerda
que la grandeza no siempre está relacionada con el tamaño de una
cosa, sino que con la calidad con que ésta se hace. Si empleamos bien
nuestros talentos y las oportunidades que nos rodean, no pasará inadvertido
para Dios. Y a aquellos que obran bien con las oportunidades
que se les dan, les serán ofrecidas aún más.
Las escrituras están repletas de ejemplos de líderes quienes, contrariamente
a Jesús, no eran perfectos, pero sí fueron sumamente eficaces.
Estos ejemplos podrían ayudarnos enormemente si los leyéramos
a menudo. Hay veces que olvidamos que las Escrituras nos ofrecen
siglos de experiencia en liderazgo, y lo que resulta más importante, nos
brindan los principios inalterables sobre los cuales de operar el liderazgo
real a fin de que surta un efecto positivo. Dichas escrituras son el
manual de instrucciones para el futuro líder.

Grandes líderes seculares

Aquellas personas a quienes tanto admiramos y respetamos como líderes de la familia humana han sido así puesto en
un pedestal precisamente porque en muchas formas representan las cualidades que Jesús demostró en su condición
de líder.
Contrariamente, aquellos líderes que a lo largo de la historia han resultado más nefastos para la humanidad, así lo fueron
debido precisamente al carecer casi por completo de las cualidades exhibidas por el Hombre de Galilea. Es posible
que no todos nosotros podamos llegar a ser el ejemplo perfecto de liderazgo, pero sí podemos realizar un esfuerzo
honesto por acercarnos a tan grande ideal.

Administración del tiempo

El Salvador también nos enseñó cuán importante es saber hacer
uso del tiempo. Esto no significa que no debe haber nunca
tiempo para recreación, ya que debe haber también un período
para contemplar y renovarse, pero jamás debe haber tiempo
para simplemente perderlo. La administración de nuestro tiempo
es asunto de suma importancia, puesto que éste es el ingrediente
del que está compuesta la vida y es una de las pocas
La delegación
El liderazgo abnegado
Administración del tiempo
La responsabilidad

cosas que nunca pueden ser reprocesadas.

La responsabilidad

Jesús nos enseñó que no solamente somos responsables por
nuestras acciones sino también por nuestros pensamientos.
Debemos recordar esto siempre. El buen líder tendrá presente
que es responsable ante Dios así como ante quienes nos dirige.
Al demandar responsabilidad de sí mismo, estará en mucha
mejor posición de asegurarse de que otros también sean responsables
de su conducta y actuación. La gente por lo general
prefiere actuar dentro de los confines que le son trazados por
sus líderes.

La delegación

Jesús sabía cómo dar participación a sus discípulos en el proceso de la vida. Les dio cosas importantes y concretas
para que ellos hicieran a fin de lograr su propio desarrollo. Jesús confía en quienes le siguen al punto de compartir su
obra con ellos a fin de que así se desarrollen. En este ejemplo está encerrada una de las más maravillosas muestras de
su liderazgo. Si hacemos a un lado a otras personas con el propósito de cumplir una tarea más rápida y eficazmente, es
posible que lo logremos, pero aquellos a quienes dirigimos no obtendrán progreso, lo cual es sumamente importante.
Sabiendo Jesús que esta vida tiene un gran propósito y que hemos sido puestos en este planeta para actuar y desarrollarnos,
ese progreso se transforma en uno de los grandes fines de la vida así como en un medio para lograr ese
fin. Podemos proporcionar información a fin de corregir lo que otras personas pueden estar haciendo mal, y hacerlo de
una forma amorosa y abnegada.
Un líder capaz no tendrá temor de demandar de aquellos a quienes dirige. Jesús era poseedor de tal cualidad. Tuvo el
valor de llamar a Pedro y a otros de sus discípulos pidiéndoles que dejaran su profesión de pescadores y le siguieran,
no después de terminada la temporada de pesca ni inmediatamente después del próximo pez que pescaran, sino en
ese mismo momento, sin esperas. Jesús les hizo saber a sus seguidores que El creía en ellos y en sus posibilidades, lo
cual le permitía ayudarles a mejorar la condición de sus almas por medio de sus logros. Jesús creía en sus seguidores,
no sólo por lo que ellos eran sino por lo que tenían el potencial de llegar a ser.
Jesús confió a la gente verdades y tareas que estaban en proporción a la capacidad que estas personas tenían. No
les abrumó con cosas más complicadas de lo que ellas podrían hacer, sino que les dio lo suficiente para que pudieran
progresar interiormente. El estaba interesado en los aspectos básicos de la naturaleza humana y en producir cambios
perdurables en vez de simples cambios superficiales o de hacerles hacer cosas por salvar las apariencias.

El liderazgo abnegado

El Salvador ejerció un liderazgo abnegado. Siempre puso
sus necesidades y a sí mismo en segundo plano dedicando
su tiempo a ayudar a sus semejantes a toda hora, y lo hizo
infatigable, amorosa y eficazmente.
Muchos son en el mundo actual los problemas causados por
el egoísmo y el egocentrismo en el que muchos se amparan,
demandando inflexiblemente de otras personas , a fin de satisfacer
sus propias exigencias. El enseñó que jamás puede
haber progreso personal sin libertad. Uno de los problemas
de la arrogancia en el liderazgo es que muchos de tales líderes
se interesan únicamente en satisfacer sus propias necesidades
en vez de las necesidades ajenas.
El Señor es sumamente perceptivo en cuanto a la gente y a
los problemas que le afectan. Jesús poseía también la capacidad
de calcular a largo plazo el efecto y el resultado de sus
declaraciones proféticas, no sólo en lo referente a aquellos
que las escucharían de sus propios labios, sino también en quienes las leerían dos mil años después. A menudo vemos
a líderes seculares que se apresuran a resolver problemas buscando la forma de cortar el dolor presente sin darse
cuenta de que con ellos no hacen no hacen otra cosa que crear aun mayores dificultades y dolor que experimentarán
más tarde.

Comunicación

Jesús era un líder que escuchaba. Puesto que amaba a su prójimo con
un amor perfecto, escuchaba sin presunción. Nadie puede ser un gran
líder a menos que sepa escuchar. Un gran líder es aquel que escucha
no solamente a los demás sino también a su conciencia y a los susurros
del Espíritu, ya que por medio de El, Dios se comunica nosotros, sus
hijos.
Jesús era un líder paciente, persuasivo y amoroso. Cuando Pedro levantó
la espada, se abalanzó contra el siervo del sumo sacerdote y le
cortó la oreja derecha, Jesús le dijo: “...Mete tu espada en la vaina”
(Juan 18:11). El incidente no despertó en El ni enojo ni perturbación.
Por haber amado a sus seguidores, Cristo estaba en condiciones de
tratar con ellos de igual a igual, de ser sincero con ellos. Hubo veces en
que amonestó a Pedro precisamente porque lo amaba, y Pedro, por ser
un gran hombre, maduró gracias a esas amonestaciones.
Hay un maravilloso versículo en el libro de Proverbios que todos debemos
siempre recordar:
“El oído que escucha las amonestaciones de la vida, entre los sabios
morará..
“El que tiene en poco la disciplina menosprecia su alma; más el que
escucha la corrección tiene entendimiento. “ (Proverbios 15:31-32)
Sabio es el líder o el discípulo que sabe escuchar y hacer frente a las “amonestaciones de la vida”. Pedro pudo hacerlo,
pues sabía que Jesús lo amaba y fue por eso que el Maestro lo preparó para ocupar un alto lugar de responsabilidad
en el reino de su líder.
Jesús jamás aprobó el pecado, pero veía en él algo que emergía del interior por necesidades insatisfechas de parte del
pecador. Esta percepción le permitió condenar el pecado sin condenar el pecador.
Del mismo modo podemos nosotros poner de manifiesto nuestro amor hacia otras personas aun cuando tenemos la
responsabilidad de reprenderlas. Tenemos que ser capaces de ver en lo más profundo de su vida a fin de detectar las
causas básicas de sus fracasos y defectos.

Principios concretos

Jesús sabía quién era y la razón por la que estaba en este planeta, lo cual le permitía guiar a sus seguidores basado
en la certeza personal y no en la incertidumbre o en la debilidad.
Jesús actuaba en base a principios o verdades concretos en vez de simplemente ajustarse al estilo de aquellos líderes
que establecen las reglas sobre la marcha. Esto quiere decir que era un líder ceñido a principios de probada eficacia,
lo cual dotó al estilo de Jesús no sólo de constancia sino también de exactitud. Quienes procuran el poder a expensas
de los principios a menudo terminan por hacer cualquier cosa para perpetuarlo.
Recordarán que repetidamente dijo: “Ven, sígueme.” El Señor se regía por un método de imitación, como si dijera “Haz
lo que yo hago”, en vez de “Haz lo que yo digo”.
El prefería caminar y obrar junto con aquellos a quienes tenía por misión servir. El suyo no fue un liderazgo ejecutado
a distancia. No les temía a las amistades estrechas ni tampoco a que la proximidad que pudiera existir con El desilusionara
a sus seguidores.
La levadura del verdadero liderazgo no puede levantar a nadie a menos que acompañemos y sirvamos a aquellos a
quienes dirigimos.
Jesús se mantuvo virtuoso y así, cuando quienes le rodeaban estaban tan cerca de El que podían tocar el borde de su
manto, el poder de la virtud surgía de El. (Véase marcos 5:24-34).

Jesús: El Líder Perfecto

Hay muchísimas cosas que uno podría decir tocante a la tremenda capacidad de liderazgo en el Salvador, mucho más
de lo que podría expresarse en un discurso o en un libro, pero al menos quisiera señalar algunos de los atributos y
aptitudes que El tan perfectamente demostró. Estas mismas aptitudes y cualidades resultan importantes para nosotros
si es que deseamos tener éxito perdurable como líderes.

sábado, 9 de octubre de 2010

Guía de Liderazgo ….. Practiquémosla……..

Ser innovador! Significa ser proactivo, analizar pasadas experiencias para establecer planes que podrían integrar a sus equipos de trabajo en el presente y futuro
Ser Facilitador! Para todos los cambios acompañar al equipo de trabajo en todas las iniciativas y proyectos que generen retos y desafíos
Ser Buen Escucha! Es imperativo que identifique las necesidades y expectativas de su equipo de trabajo, siempre oír.
Ser Evolucionador! El papel del líder ha evolucionado de ser un simple administrador a ser un gerente crucial para el éxito de los negocios, cumpla con sus metas y presente beneficios a sus equipos de trabajo
Ser Seleccionador! Debe identificar las fortalezas y debilidades de su equipo de trabajo y evaluar el entorno y relaciones por conveniencia
Ser Entrenador! Entrenar a su equipo de trabajo y presentar toda la información, facilita la toma de decisiones y genera confianza
Ser Motivador! Los Lideres deben tener claridad y entender que la motivación de la gente es factor fundamental para lograr una excelente orientación a los objetivos de negocio y mejoramiento de la calidad de vida.

Tenemos claro cómo debemos competir en el sector académico?

Misión, visión y estrategia: Si bien este primer actividad del proceso de despliegue estratégico lo ejecutan la mayoría de las empresas, muchas veces fallan en preguntarse lo siguiente:
¿Tenemos claro cómo debemos competir? ¿Realmente somos capaces de competir de esa forma? ¿Sabemos quiénes son nuestros clientes objetivos, y quienes no lo son? ¿Comprendemos realmente qué es lo que necesitan y valoran nuestros clientes?
Objetivos estratégicos: Plasmar la estrategia de cada UEN en un mapa estratégico, permite asegurar que haya coherencia a todo nivel, desde los intereses de los accionistas hasta los requerimientos de infraestructura y personal de la organización:
¿Tenemos claro cuáles son los objetivos financieros que buscan nuestros accionistas? ¿Sabemos cómo debemos atender a nuestros clientes para alcanzar dichos objetivos financieros? ¿Cómo deben ser nuestros procesos internos para poder satisfacer a nuestros clientes? ¿Cuáles deben ser nuestra infraestructura y recurso humano para poder tener procesos internos excelentes?
Plan de trabajo de las Unidades Estratégicas de Negocio: En este punto del proceso es donde fallan la mayoría de las compañías. Los objetivos estratégicos nos dicen qué hacer, pero son las actividades del plan de trabajo las que nos llevan a definir cómo hacerlo:
¿Sabemos qué actividades o iniciativas son necesarias para lograr cada uno de los objetivos estratégicos? ¿Cada una de las actividades del plan de trabajo responde realmente a algún objetivo estratégico?
Tenemos claro cómo debemos competir en el sector académico?
Scorecard: Aunque en el papel se defina una total coherencia entre el plan de trabajo de la UEN y la estrategia de la corporación, no es suficiente para garantizar que los objetivos estratégicos se están cumpliendo en el día a día. Es por eso que debemos preguntarnos:
¿Tienen una meta definida cada uno de nuestros objetivos estratégicos? ¿Cuáles son los indicadores que nos van a permitir hacerle seguimiento al cumplimiento de dichas metas? ¿Cuál es el proceso para ejecutar el seguimiento a la ejecución de la estrategia?
Plan de trabajo y medidas de desempeño individual: El eslabón final de este proceso, y lo que en última instancia garantiza un verdadero despliegue de la estrategia, es la creación, seguimiento y medición de planes de trabajo individuales alineados con la estrategia de la organización:
¿Cada una de las actividades del plan de trabajo de la UEN tiene responsables definidos? ¿Las responsabilidades diarias de los miembros de la UEN realmente se orientan a obtener alguno de los objetivos estratégicos?
Importante como líder de la institución revise su estrategia y la ejecución de la misma se interiorice en su equipo de trabajo. Recuerde que no es suficiente planear: es necesario hacer.

Pensando la Estrategia

Durante el final de cada año, los equipos directivos de la mayoría de las empresas sostienen interminables reuniones, tratando de redefinir la estrategia de la compañía y cada una de sus unidades de negocio (UEN).
En el mejor de los casos, dicha estrategia da por lo menos luces sobre qué segmentos de mercado atender y cómo hacerlo de manera rentable y sostenible. Sin embargo, lo más probable es que dicha estrategia no se haya traducido en un verdadero plan de trabajo para cada una de las UEN, donde incluso cada individuo sepa lo que debe hacer, día a día, para lograr que la compañía donde trabaja alcance los objetivos que buscan sus accionistas.
Para asegurarse de llevar a cabo un completo proceso de despliegue estratégico que permee todos los niveles de la organización y permita volver accionable la estrategia, es imprescindible verificar lo siguiente:
En este número
1 Mensaje de SEinNovA
1-2 Pensando la Estrategia
Dicha estrategia da por lo menos luces sobre qué segmentos de mercado atender

Primer ciclo de mejoramiento de competencias.

Enfoque Estratégico

El enfoque estratégico nos permite siempre identificar el norte o rumbo de cualquier escenario de la vida empresarial y personal, recordemos algunos conceptos sencillos.

CARACTERÍSTICAS DE UN BUEN LIDER

Muchas son las cualidades que definen al líder.
En esta lección vamos a señalar aquellas que se podrían considerar básicas (son necesarias para que exista un auténtico líder), mientras que en la lección siguiente se analizarán otras complementarias (contribuyen a realzar la figura del líder).
El líder debe poseer todas estas cualidades básicas, lógicamente unas más que otras, pero todas ellas deben estar presentes.
La ausencia de alguna de ellas dificultaría ejercer un auténtico liderazgo.
Visionario: el líder se caracteriza por su visión a largo plazo, por adelantarse a los acontecimientos, por anticipar los problemas y detectar oportunidades mucho antes que los demás.
Actúa: Fija objetivos exigentes y se esfuerza por alcanzarlos, sin rendirse, con enorme persistencia, lo que en última instancia constituye la clave de su éxito.
Realista: No se contenta con soñar, el líder quiere resultados, define metas claras y alcanzables por su equipo de trabajo.
Retador: Sobresale sobre el resto del equipo, bien por su inteligencia, bien por su espíritu combativo, bien por la claridad de sus planteamientos, etc., o probablemente por una combinación de todo lo anterior.
Coraje: Se enfrenta con carácter a las dificultades; las metas que propone son difíciles (aunque no imposibles), hay que salvar muchos obstáculos, hay que convencer a mucha gente, pero el líder no se desalienta, está tan convencido de la importancia de las mismas que luchará por ellas, superando aquellos obstáculos que vayan surgiendo.
El líder defiende con determinación sus convicciones.
Contagia entusiasmo: consigue entusiasmar a su equipo; para la empresa como para los empleados. Es importante saber contagiar su entusiasmo, el conseguir que el equipo le siga, que comparta sus objetivos.
Comunicador: Presenta habilidades o dotes de buen comunicador, que contribuye a la venta de su visión al equipo, da a conocer sus planes de manera sencilla, con un lenguaje claro y no técnico.
Convincente: el líder es persuasivo; sabe presentar sus argumentos de forma que consigue ganar el apoyo de la organización.
Gran negociador: Es muy hábil negociando. La lucha por sus objetivos le exige negociar continuamente, en la empresa, con clientes, proveedores, entidades financieras, accionistas, entre otros.
Orientado al logro: Demuestra una especial habilidad para ir avanzando en el largo camino hacia sus objetivos.
Capacidad de mando: Es el arte de la convicción, pero también tiene que ser capaz de utilizar su autoridad cuando sea necesario. El líder es una persona compresiva, pero no una persona blanda (los subordinados le perderían el respeto).
El líder no puede abusar del mando ya que resulta imposible motivar a un
equipo a base de autoritarismo, pero debe ser capaz de aplicar su autoridad sin temblarle el pulso en aquellas ocasiones que lo requieran.
Exigente: En su forma de actuar y solicitar la ejecución del plan por su equipo de trabajo. Alcanzar metas difíciles requiere un nivel de excelencia en el trabajo que tan sólo se consigue con un alto nivel de exigencia.
Carismático: Es conciliador, afable y carismático, para desarrollar una posición objetiva y motivadora frente a su equipo de trabajo, el carisma es una habilidad natural para seducir y atraer a las personas, es auténtico magnetismo personal. El carisma permite ganarse al equipo, que se siente atraído por su líder.
“Para una empresa es preferible tener un líder sin carisma con un alto sentido de la honestidad, que un líder carismático que utilice la organización en su propio beneficio”.
Honesto: Vive sus valores éticos, es trasparente y siempre adopta una respuesta sincera y sensata. Este valor construye confianza plena con el equipo de trabajo.
Si los subordinados detectan que el líder no juega limpio y que tan sólo le preocupan sus propios intereses, perderán su confianza en él.
Cumple con su palabra: Promete solo lo que puede cumplir, adopta posturas y posiciones donde es claro el compromiso del líder y de su equipo de trabajo para la consecución de los objetivos del área.
Coherente: Vive lo que predica, su
pensar, sentir y actuar se orienta de
la misma forma. Aprende a ser
consecuente con los objetivos del
SENA, del área y de su vida, esta
característica se percibe con el
ejemplo del líder y sus acciones.
El liderazgo va siempre
unido a un equipo de trabajo
y siempre hay una posición
evolutiva en los grandes
líderes, apropian los
planteamientos estratégicos
del SENA e invitan al
cambio & transformación
para el bien común de la
comunidad.

CARACTERÍSTICAS DE UN BUEN LIDER

Muchas son las cualidades que definen al líder.

En esta lección vamos a señalar aquellas que se podrían considerar básicas (son necesarias para que exista un auténtico líder), mientras que en la lección siguiente se analizarán otras complementarias (contribuyen a realzar la figura del líder).

El líder debe poseer todas estas cualidades básicas, lógicamente unas más que otras, pero todas ellas deben estar presentes.

La ausencia de alguna de ellas dificultaría ejercer un auténtico liderazgo.

Como cualidades básicas señalamos:

Visionario: el líder se caracteriza por su visión a largo plazo, por adelantarse a los acontecimientos, por anticipar los problemas y detectar oportunidades mucho antes que los demás.

El líder no se contenta con lo que hay, es una persona inconformista, creativa, que le gusta ir por delante.

Persona de acción: el líder no sólo fija unos objetivos exigentes sino que lucha denodadamente por alcanzarlos, sin rendirse, con enorme persistencia, lo que en última instancia constituye la clave de su éxito.

El líder no se contenta con soñar, el líder quiere resultados.

Brillante: el líder sobresale sobre el resto del equipo, bien por su inteligencia, bien por su espíritu combativo, bien por la claridad de sus planteamientos, etc., o probablemente por una combinación de todo lo anterior.

Coraje: el líder no se amilana ante las dificultades; las metas que propone son difíciles (aunque no imposibles), hay que salvar muchos obstáculos, hay que convencer a mucha gente, pero el líder no se desalienta, está tan convencido de la importancia de las mismas que luchará por ellas, superando aquellos obstáculos que vayan surgiendo.

El líder defiende con determinación sus convicciones.

Contagia entusiasmo: el líder consigue entusiasmar a su equipo; para la empresa como para los empleados.

El futuro que ofrece el líder es tan sugerente que merece la pena luchar por ello. Esta es una de las características fundamentales del líder, el saber contagiar su entusiasmo, el conseguir que el equipo le siga, que comparta sus objetivos.

Sin un equipo que le siga, una persona con las demás características sería un lobo solitario pero nunca un líder (el liderazgo va siempre unido a un equipo).

Gran comunicador: otra cualidad que caracteriza al líder son sus dotes de buen comunicador, habilidad que le va a permitir "vender" su visión, dar a conocer sus planes de manera sugerente.

Convincente: el líder es persuasivo; sabe presentar sus argumentos de forma que consigue ganar el apoyo de la organización.

Gran negociador: el líder es muy hábil negociando. La lucha por sus objetivos le exige negociar continuamente, tanto dentro de la empresa, como con clientes, proveedores, entidades financieras, accionistas, etc.

El líder demuestra una especial habilidad para ir avanzando en el largo camino hacia sus objetivos.

Capacidad de mando: el líder debe basar su liderazgo en el arte de la convicción, pero también tiene que ser capaz de utilizar su autoridad cuando sea necesario. El líder es una persona compresiva, pero no una persona blanda (los subordinados le perderían el respeto).

El líder no puede abusar del "ordeno y mando" ya que resulta imposible motivar a un equipo a base de autoritarismo, pero debe ser capaz de aplicar su autoridad sin temblarle el pulso en aquellas ocasiones que lo requieran.

Exigente: con sus empleados, pero también, y muy especialmente, consigo mismo. La lucha por unas metas difíciles requiere un nivel de excelencia en el trabajo que tan sólo se consigue con un alto nivel de exigencia.

Si el líder fuera exigente con sus empleados pero no consigo mismo no sería un líder, sería un déspota que pondría a toda la organización en su contra.

Carismático: si además de las características anteriores, el líder es una persona carismática, nos encontraríamos ante un líder completo.

El carisma es una habilidad natural para seducir y atraer a las personas, es auténtico magnetismo personal. El carisma permite ganarse al equipo, que se siente atraído por su líder.

No obstante, hay que señalar que es perfectamente posible un líder sin carisma.

Para una empresa es preferible tener un líder sin carisma con un alto sentido de la honestidad, que un líder carismático que utilice la organización en su propio beneficio.

Honestidad: unos elevados valores éticos son fundamentales para que el liderazgo se mantenga en el tiempo y no se trate de un simple "bluff" pasajero.

El equipo tiene que tener confianza plena en su líder, tiene que estar absolutamente convencido que el líder va a actuar honestamente y no le va a dejar en la estacada.

Si los subordinados detectan que el líder no juega limpio y que tan sólo le preocupan sus propios intereses, perderán su confianza en él, proceso que una vez iniciado es muy difícil de parar.

Cumplidor: el líder tiene que ser una persona de palabra: lo que promete lo cumple. Es la única forma de que el equipo tenga una confianza ciega en él.

Coherente: el líder tiene que vivir aquello que predica. Si exige dedicación, él tiene que ser el primero; si habla de austeridad, él tiene que dar ejemplo; si demanda lealtad, él por delante.

El líder predica principalmente con el ejemplo: no puede exigir algo a sus subordinados que él no cumple. Además, el mensaje del líder debe ser coherente en el tiempo.

No puede pensar hoy de una manera y mañana de otra radicalmente

Distinta: confundiría a su equipo. Esto no implica que no pueda ir evolucionando en sus planteamientos.

ESTILOS DE LIDERAZGO

Cuando ya le ha sido asignada la responsabilidad del liderazgo y la autoridad correspondiente, es tarea del líder lograr las metas trabajando con y mediante sus seguidores. Los líderes han mostrado muchos enfoques diferentes respecto a como cumplen con sus responsabilidades en relación con sus seguidores. El enfoque más común para analizar el comportamiento del líder es clasificar los diversos tipos de liderazgo existentes.
EL LÍDER AUTÓCRATA: Un líder autócrata asume toda la responsabilidad de la toma de decisiones, inicia las acciones, dirige, motiva y controla al miembro de grupo. Puede considerar que solamente él es competente y capaz de tomar decisiones importantes, puede sentir que sus miembros de grupos son incapaces de guiarse a sí mismos o puede tener otras razones para asumir una sólida posición de fuerza y control. La respuesta pedida a los miembros de grupo es la obediencia y adhesión a sus decisiones. El autócrata observa los niveles de desempeño de sus miembros de grupo con la esperanza de evitar desviaciones que puedan presentarse con respecto a sus directrices.
LÍDER PARTICIPATIVO: Cuando un líder adopta el estilo participativo, utiliza la consulta, para practicar el liderazgo. No delega su derecho a tomar decisiones finales y señala directrices específicas a sus demás integrantes, pero consulta sus ideas y opiniones sobre muchas decisiones que les incumben. Si desea ser un líder participativo eficaz, escucha y analiza seriamente las ideas de sus miembros y acepta sus contribuciones siempre que sea posible y práctico. Cultiva la toma de decisiones de sus miembros de grupo para que sus ideas sean cada vez más útiles y maduras. Impulsa también a sus integrantes a incrementar su capacidad de auto control y los insta a asumir más
responsabilidad para guiar sus propios esfuerzos. Es un líder que apoya a sus demás compañeros y no asume una postura de dictador. Sin embargo, la autoridad final en asuntos de importancia es de su responsabilidad.
LÍDER LIBERAL: Mediante este estilo de liderazgo, el líder delega en sus demás compañeros la autoridad para tomar decisiones Puede decir a sus seguidores “aquí hay un trabajo que hacer”, “No me importa cómo lo hagan con tal de que se haga bien”. Este líder espera que los integrantes asuman la responsabilidad por su propia motivación, guía y control. Excepto por la estipulación de un número mínimo de reglas, este estilo de liderazgo, proporciona muy poco contacto y apoyo para los seguidores. Evidentemente, los antes mencionados tienen que ser altamente calificados y capaces para que este enfoque tenga un resultado final satisfactorio.
Desde luego, existen diversos grados de liderazgo entre estos estilos; sólo se analizaron tres de las posiciones más definidas.
En una época, algunos autores y otros profesionales separaban uno de estos estilos de liderazgo y lo promovían como el tratamiento para suplir para todas las necesidades de supervisión. La mayoría dio énfasis a la administración participativa, aunque el estilo autócrata tuvo varios defensores que lo promovían como la única técnica eficaz. Ocasionalmente
existen promotores del estilo de rienda suelta que afirman que es un estilo singularmente provechoso.
Las tendencias más recientes enfatizan la necesidad de adaptación y flexibilidad en el uso de los estilos de liderazgo, como oposición al perfeccionamiento de uno solo de dichos estilos." Se cree que en la sociedad dinámica actual son raros los administradores cuyos pensamientos y preferencias sean completamente iguales y los trabajadores que tengan idénticas capacidades y necesidades. Y casi nunca hay dos organizaciones que tengan metas y objetivos idénticos. Debido a esto, por lo general se recomienda que el líder tome en cuenta una serie de factores para determinar qué estilo de liderazgo es apropiado para cada situación. En resumen, un estilo de liderazgo será más eficaz si prevalecen determinados factores situacionales, en tanto que otro estilo puede ser más útil silos factores cambian.

Caso de éxito Liderando Cambios:

El hombre que pretende verlo todo con claridad antes de decidir, nunca decide. Henri Frédéric Amiel
Nadie sabe de lo que es capaz hasta que lo intenta. Publio Sirio
¿Qué hace diferentes a los gerentes en el logro de su éxito?
¿Cuáles son esas características que distinguen a los gerentes exitosos?
¿Qué capacidades son las fundamentales que debe reunir un buen gerente?
¿Se considera usted un gerente exitoso?
¿En donde se han manifestado sus fallas que han obstaculizado sus logros?
Podrían ser algunas preguntas relevantes en función de definir el perfil que debe tener un buen gerente en función de las capacidades básicas que tiene que manejar.
Recuérdese como lo cita Israel Fermín, Crosby (1988) define a la gerencia como "el arte de hacer que las cosas ocurran". Por su parte, Krygier (1988) la define como un cuerpo de conocimientos aplicables a la dirección efectiva de una organización. En la actualidad, existe consenso, entre muchos autores, al señalar que el término gerencia se puede definir como un proceso que implica la coordinación de todos los recursos disponibles en una organización (humanos, físicos, tecnológicos, financieros), para que a través de los procesos de: planificación, organización, dirección y control se logren objetivos previamente establecidos. De esta manera, se puede distinguir tres aspectos claves al definir la gerencia como proceso: en primer lugar, la coordinación de recursos de la organización; segundo la ejecución de funciones gerenciales o también llamadas administrativas como medio de lograr la coordinación y, tercero, establecer el propósito del proceso gerencial; es decir el dónde queremos llegar o que es lo que deseamos lograr. Antes de seguir adelante es necesario saber por qué y cuándo es necesaria la gerencia, qué hace y cómo lo hace.
Hay quienes enfocan las capacidades:
Imaginación y creatividad.
Visión de futuro.
Rectitud y honor.
Capacidad de análisis.
Modestia.
Autenticidad.
Práctico.
Relaciones personales.
Capacidad de escuchar.
Confianza.
Para visión holística: El autocontrol, la mentalidad estratégica y el manejo de la comunicación son características imprescindibles en un buen Gerente/Líder.
Características muy válidas, dado a que un buen gerente debe tener un pleno dominio de su autocontrol, manejar adecuadamente sus emociones y saber administrar equipos de trabajo.
El rol de un líder lo invita a participar en seminarios, cursos y talleres que mejoran sus competencias, habilidades, destrezas y conocimientos. (Participa en los Talleres de Liderazgo e Innovación SEinNovA) Los líderes son auto - controlables en situaciones exógenas, evitan generar conflictos, motivan el crecimiento personal, creatividad y productividad.
A ello se agrega la relevancia de incentivar la mentalidad estratega que todo gerente posee, para ello, es necesario proporcionar los conocimientos modernos que la ciencia administrativa y otras disciplinas como la psicología y sociología que integran el potencial creativo e innovador del talento humano y la adopción de herramientas necesarias que proveen de simulación y formulación de estrategias reales, factibles y exitosas.
Compartimos que un líder (Estratégico – Táctico – Operativo) debe contar con una apropiada comunicación oral y escrita, informado de todos las acciones que emprende el SENA. Además debe divulgar y socializar los logros y resultados de las estrategias adoptadas.
Un líder o gerente debe poseer amplia capacidad de liderazgo, consejero (coach), empoderamiento del talento humano potencializando las habilidades de su equipo de trabajo que contribuyan a la productividad de la institución, cohesión de equipos interdisciplinarios y motivación de todos los participantes.
Actualmente, dada las características de la competitividad, productividad de los sectores económicos permiten desarrollar escenarios transformadores que dinamicen los mercados objetivos y/o grupos de interés, diseñen estrategias retadoras y construyan conocimiento dentro del SENA.
Concretamente autores como, García y Martín (1980), Hersey y Blanchard (1977), Terry y Franklin (1986), coinciden en señalar que es necesario tres tipos de habilidades, capacidades para desarrollar efectivamente el trabajo gerencial.
Habilidad Técnica: implica la capacidad para usar el conocimiento técnico, los métodos, las técnicas y los medios necesarios para la ejecución de tareas específicas. Envuelve un conocimiento especializado, capacidad analítica, facilidad para el uso de técnicas y herramientas. Puede ser obtenida mediante educación formal o a través de la experiencia personal o de otros.
Habilidad Humana: es la sensibilidad o capacidad del gerente para trabajar de manera efectiva como miembro de un grupo y lograr la cooperación dentro del equipo que dirige.
Habilidad Conceptual: es la capacidad para percibir a la organización como un todo, reconocer sus elementos, las interrelaciones entre los mismo, y como los cambios en alguna parte de la organización afectan o pueden afectar a los demás elementos.
Las tecnologías son vitales en la implementación de estrategias de liderazgo e innovación, actualmente permiten mejorar las competencias del Talento Humano y construcción de redes sociales & colaborativas.